Laguna Piedra, Yona y Tebinquinche; son fuente de baños recreativos y medicinales, alimento para animales y afluentes de aguas buenas.

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El Desierto de Atacama es el más árido del mundo y al mismo tiempo una de las mayores reservas de minerales de la Tierra, por lo que en toda su historia ambiental las relaciones entre clima, agua y sociedad han sido críticas para la sobrevivencia de comunidades de lugar que han residido por miles de años en estos aparentemente inhóspitos paisajes que observamos.

Se trata de un complejo sistema de soporte de vida que se inicia o regenera sobre las nacientes o zonas de captura de las aguas como producto de la concentración en torno al apu o cerro tutelar de las divinidades que corresponden a las nubes, vientos, rayos, tormentas, nieves y vientos. 

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Las comunidades andinas debe disponer de tal cerro tutelar que se constituye en la principal fuente de materias, energía y conocimientos y que por lo tanto debe ser objeto de rogativas que aseguren la disponibilidad del agua y constituirse como zonas intangibles y sagradas, que no podrían ser afectadas por intervenciones externas.

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En la sección intermedia de la cuenca que corresponde al estado de madurez del sistema se desplaza la diosa agua o amaru, que a modo de serpiente desciende a través del sistema de drenaje superficial y subterráneo fertilizando la diosa tierra o pachamama, permitiendo la existencia de cultivos y pastos que brindan la seguridad alimenticia a la comunidad como lo observamos en este sitio. 

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Los humedales ubicados aqui capturan las aguas provenientes desde las alturas y las entregan a los cursos que se dirigen aguas abajo, complementan las fuentes necesarias para el funcionamiento de los sistemas de riego conformados por terrazas, canales y acequias y en torno a los cuales se despliega buena parte de los esfuerzos humanos individuales y colectivos a través del ciclo. 

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Las aguas constituyen el principal orden político ancestral al interior de la comunidad y por ello cualquier amenaza o intervención foránea sobre este complejo sistema natural-social requiere ser resistida o negociada con especial cautela.

Las aguas cierran su ciclo vital en un estado de muerte transitoria que consiste en su deposición en los niveles de base locales (lagos, humedales o el mar) a partir del cual se inicia su regeneración a través de la acción de la yacana, una llama que atraviesa cielos y estrellas llevando el agua evaporada hacia las cumbres de las montañas para reiniciar el ciclo hidro-cosmológico. 

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El respeto de estos ciclos es importante para que estemos bien, para que haya buen camino como no dicen los antiguos de la comunidad. Es que cuando se va a un lugar se pide permiso, y nuestra familia de nuestra comunidad no estuviera ajena a eso siempre, convido [ofrenda], aloja; pago [sacrificio] es otra cosa, aquí [laguna] se les convidaba con coca, con alcohol. Yo creo que la vegetación ha disminuido por falta de carne [sacrificio/ofrenda], por eso está tan seco, han bajado los humedales y eso se nota ahora. 

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Cuenta mi abuela [que] él [abuelo Yatire] iba a buscar y le echaban [hoja de coca] al Licancabur para que lloviera y entonces producto de esas tradiciones la lluvia hacia descender el agua y alimentaba toda esta cuenca y eso creo que es una historia que a todos nos han trasmitido. 

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Antes los abuelos hacían llover de esta manera, cultura y naturaleza mantienen un vínculo indivisible, manifiesto en el despertar de la [Madre] Tierra que brinda sus dones por medio del crecimiento de las aguas que posibilitará el brote inaugurando el tiempo de color verde

Independientemente de si se las considera apta o no para el baño, que es una decisión personal o una costumbre familiar, las lagunas fueron centro de atención para la familia, sobre todo los niños en tiempo de descanso escolar. Previo a ello, cuando los niños trabajaban y estudiaban al mismo tiempo, las lagunas seguían siendo un espacio de contemplativa meditación y paz para el pastor, adulto o en edad escolar, que las transitaba y habitaba.

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El agua es una dimensión relevante que determina todo lo demás en términos existenciales.